martes, 6 de julio de 2010

PORQUE BLAKE MAGIN LIBRE

Elucubración adicional sobre una idea de Cienfuegos.

William Blake fue un londinense nacido a mitad del siglo XVIII, exactamente el 28 de noviembre de 1757. Se crió en un ambiente protestante liberal, lejano de la influencia dogmática de la clásica iglesia anglicana; y lejano del afecto-temor por Dios-Padre del antiguo testamento, fue cultivando una mente propia y ligada al reconocimiento como dilecto hijo de la Ilustración. Por ello, negó la deletérea separación alma-cuerpo; criticó la falaz moral cristiana por ser culpable de dos paradójicos antagonismos, solo solubles en tan aberrada concepción ética: el matrimonio y la prostitución. De esta manera, se convirtió en un temprano reivindicador de la libertad sexual en ambos sexos. El osó decir que el hombre es o anhela ser imaginación, pues ésta es ante todo potencialidad creadora hecha de espíritu y energía.

En su vida y obra, fue políticamente activo, amigo de la Revolución Francesa, aunque desconfío mucho de un cambio del mundo desde la Revolución social y abogó, ungido a sí mismo como Poeta-Profeta, por la Revolución espiritual, ya que toda institución está administrada por hombres con defectos y egoísmos que no dejan que llegue el verdadero cambio.

El simbolismo está incrustado en la obra de Blake. La conciencia crítica de la realidad, del afán urgente por una verdadera vida para los hombres y también una infancia, -aunque esto, en el siglo XVIII, aun no se entiende como ahora-, alumbra textos donde critica el abusivo trabajo infantil de aquella Revolución Industrial.
Blake, ante todo, fue un maestro místico. Entendiendo ello no solo como el acumulado de rituales y cábalas ajenas al mundo sensible, sino un místico que ejerce como foco de luz en la cotidianidad que le signó gran precariedad económica hasta su muerte, pues como artista grabador, poco éxito o ninguno tuvo. Su vuelo poético no se quedo en la contemplación ociosa. Siempre hay una enseñanza para sacudir al hombre y a la mujer de la ignorancia siempre apabullante del oficio confesional. Su Biblia del Infierno, aboga por un nuevo entender el tránsito de los mortales por el mundo, avivando la sexualidad como llave de lo sensible y como ímpetu que debe a veces superar a la razón, que a su decir, “Quienes reprimen el deseo, lo hacen porque el suyo es lo bastante débil como para ser reprimido. Así, quien reprime, o la Razón, usurpa su lugar y gobierna al renuente. Y al ser reprimido gradualmente se torna pasivo, hasta que es apenas la sombra del deseo”.

No decimos que sea la verdad todo su decir ni su hacer. Ni deificamos su memoria. Para nosotros todo es sagrado (los seres, la vida misma) y nada es profano. Pero entendemos que él encarna la claridad que queremos dar, así sea arbitraria, a nuestro Magín libre y libertario. La poesía y la prosa son fuerzas creadoras, al menos de la propia energía y al compartirse, migran para hallar coincidencias o seducir quietudes mentales, ancladas en la nueva bobelística televisada y en los anillos poco amables del marketing y el snob vertiginoso del mundo. Veamos pues ahora, qué es Magín Libre.

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